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miércoles, 4 de octubre de 2017

Isabel Coixet... cómo está el patio...

3 octubre 2017
Tierra de nadie
Me hallo en un lugar silencioso en el que están muchos y en el que no suenan himnos ni gritos ni proclamas, en donde el aire solo mueve banderas blancas.
Escribo esto con la cara encendida. No de vergüenza, sino de rabia. Dos individuos con banderas esteladas atadas al cuello me han increpado gritándome en la puerta de mi casa llamándome "fascista"..."¡debería darte vergüenza!". Yo bajaba a pasear al perro y a reciclar plásticos y al principio, como era temprano y estaba medio dormida porque no he pegado ojo en toda la noche, no creí que hablaban conmigo y he seguido mi camino. Seguían gritándome y me he vuelto con una tranquilidad que aún ahora dos horas después me asombra y les he dicho: "¿Pero no os da a vosotros vergüenza decirme esto a mí sin conocerme?". Han continuado con sus gritos. El perro tiraba de mí. Me he alejado.
He tirado los plásticos al contenedor. He continuado caminando en shock. Poco a poco, una rabia sorda, malsana se ha apoderado de mí. Desde hace meses, años quizás, si contamos el momento en que firmé el manifiesto del Foro Babel (que pedía un bilingüismo real), los insultos y las descalificaciones a los que, como yo, no seguimos el pensamiento único del independentismo y manifestamos nuestro desacuerdo han sido constantes. Y estos últimos meses el odio que hemos suscitado está alcanzando cotas inusitadas.
Hasta ahora, se circunscribían al linchamiento mediático y yo personalmente las resolvía no teniendo Facebook ni Twitter (este último me lo hackearon, igual que me han hackeado mi WhatsApp atribuyéndome un texto que yo no he escrito), aunque siempre hay alguien que te cuenta la marea negra de basura que te echan encima, pero esta es la tercera vez que me gritan fascista en lo que va de semana (la primera que contesto) y hay algo en mí que se está rompiendo. Me doy cuenta con una claridad espeluznante que, pase lo que pase, no hay sitio para mí ni para nadie que se atreva a pensar por su cuenta en este lugar que me ha visto nacer, que hoy será esto, ayer fue el insulto a gente de mi familia, anteayer, a amigos cuyos amigos critican sin ambages que sigan considerándonos amigos y mañana será algo peor.

No importa que condenes absolutamente la brutalidad policial o que pidas (ya desde mucho antes que todo esto pasara) la dimisión inmediata de Rajoy. Como a la vez que condenas el comportamiento del Gobierno, no condenas la actuación del Govern, inmediatamente eres un enemigo, fascista, fascistoide, franquista, la hez. Y piensas en todo el miedo que se ha instalado como esporas en la piel de los que callan y en secreto vienen a decirte que están contigo, que te agradecen lo que haces, que ni en la intimidad del hogar pueden hablar para que los niños no les oigan y en el cole no se metan con ellos. No hablo de anécdotas: esta es la realidad que vivimos los de aquí. La fractura pasmosa de una sociedad que convivía en paz y sin temores, con diferencias lógicas de opiniones y valores y criterios, pero con respeto.

Mientras pienso todo esto, me voy tranquilizando y veo que, después de todo esto es una insignificancia; que ahora mismo en el mundo hay hombres y mujeres sufriendo toda clase de bajezas, calamidades y humillaciones espantosas. Que el mío, el de otros como yo, es un problema del primer mundo. Recurro, como en muchas ocasiones, a minimizar lo que me pasa para no alimentar más el monstruo del odio que no me haría diferente de los que me insultan. Nunca creí que el precio a pagar por decir con respeto y con honestidad lo que uno piensa iba a ser tan alto. Y sin embargo, no cambiaría por nada esta seca y silenciosa tierra de nadie en la que me hallo, en la que sé que muchos nos hallamos, en la que no suenan himnos ni gritos ni proclamas, en donde el aire solo mueve banderas blancas que susurran al viento "socorro" con la vana esperanza de que alguien, en algún lugar, alguna vez, antes de que sea demasiado tarde, las escuche.

Isabel Coixet es directora de cine.




Mensaje de Isabel Coixet a sus amigos extranjeros ...

A TODOS mis amigos internacionales

"Este fin de semana me di cuenta de que algunos de mis amigos internacionales están confundidos por lo que está pasando en España con Cataluña. Espero que esto ayude:

- España es una democracia occidental y sus ciudadanos catalanes votan con frecuencia. De hecho, entre elecciones europeas, nacionales, regionales y municipales han votado 6 veces en los últimos cinco años.

- En las últimas elecciones regionales, los partidos pro-secesión decidieron unirse en torno a un solo tema -independencia- y no sólo no lograron obtener la mayoría de los votos, sino que también perdieron votos en relación con las elecciones anteriores. Las encuestas, incluso las pagadas por los separatistas, demuestran que el apoyo a la independencia es una minoría y en declive.

- Cataluña no está "oprimida". Es una de las regiones más prósperas de España y sus ciudadanos disfrutan de un alto nivel de vida y uno de los más altos grados de autogobierno de cualquier región de Europa.

- El partido que tradicionalmente dirigía el gobierno regional de Cataluña ha utilizado durante los últimos 30 años dinero público para promover una agenda separatista a través de la educación y los medios locales y se ha financiado ilegalmente con un esquema corrupto en el que los contratistas tuvieron que pagar sobornos al menos 3% de cualquier trabajo público.

- La región de Cataluña nunca ha existido como una entidad política independiente y fue parte o el Reino de Aragón, que se fusionó dinásticamente con el Reino de Castilla en 1492 para crear la España que conocemos hoy. No hay "unión", como en el Reino Unido. Cataluña es España lo que Rousillon es a Francia o Cornualles a Inglaterra.

- España es democracia parlamentaria, con una constitución que puede ser enmendada. Una votación sobre la secesión territorial requeriría tal enmienda y el apoyo de una mayoría calificada de españoles.

- Ningún país u organización internacional (con la excepción de Nicolás Maduro en Venezuela) ha apoyado este movimiento.

Entonces, ¿por qué el alboroto? A medida que la economía mejora y el apoyo a la independencia disminuye, los separatistas temen "perderse el tren" y, rompiendo con las leyes españolas y regionales, se han embarcado en una campaña para presentar al gobierno central como "malvado" por no permitir un referéndum regional que no cumplen con la constitución (ampliamente aprobada en toda España, incluida Cataluña). Este ruido también oculta los escándalos regionales de corrupción y establece separatistas como víctimas de las próximas*elecciones generales

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